domingo, 9 de octubre de 2011

sombras

de pascal quignard, las sombras errantes:

el mundo en el que vivimos constituye una excepción en el curso de la historia. una excepción trágica lo ha desquiciado, y a esta excepción se ha agregado una mirada hacia atrás que también, a su vez, lo ha disgregado. dos abismos: 1. los campos de concentración alemanes desembocando en la bomba little boy, 2. el pasado en persona que surge por primera vez en la historia. durante el siglo XX, de golpe, el pasado humano se acrecentó de centenas de miles, miles de sociedades primitivas antes jamás estudiadas, de un antaño inmemorial y continuo, de una tierra entera in exhumada. los vestigios humanos, hasta ahora invisibles a la mirada del hombre, empezaron a pulular. eso en cuanto al vestigio humano.

en cuanto al perfil humano, la esclavitud, el cristianismo, las trincheras, el gas, los fascismos, las deportaciones masivas, las guerras mundializadas, las dictaduras comunistas, el imperialismo democrático por fin han arruinado los rasgos. ya no hay más humanidad alucinógena. lo que existe es una desorientación prodigiosa, irreversible, insensata, tempestuosa, terrible.

sitúo la mundialización de la guerra en la corteza terrestre en 1853. después del genocidio de los indios de américa y su “transportación” (“transportación” es una palabra inglesa en la cual los alemanes y turcos se inspiraron en los decenios siguientes), después del genocidio de los negros de áfrica, la segregación anunciada democráticamente y la esclavitud, los americanos dirigieron su mirada hacia el resto del mundo.
el comodoro matthew perry desencadenó las dos guerras mundiales durante el verano de 1853 en la bahía de edo. el duque japonés alertado por sus hombres observó con ansiedad los buques yanquis que echaban ancla en la ensenada y le envió este mensaje al oficial americano: “no queremos que penetre en nuestro territorio una humanidad diabólica. le pedimos por favor, regrese a su país y ahí permanezca bajo la protección venerable de sus muertos. ya que, en otro tiempo, conocimos a los cristianos y fue una mala experiencia.” en respuesta, el comodoro perry, en la proa de su buque, gritó por el altavoz de su nave al duque de edo: — o bien, usted abre sus fronteras al libre comercio. o bien, será por la fuerza que le impondremos el derecho. lo que el comodoro llamaba el libre comercio significa el comercio americano. el comercio de estados unidos está muy cercano a lo que los antiguos romanos llamaban la pax. nunca hemos sabido lo que querían decir estas palabras (libre, paz) ni en inglés ni en latín.

el comodoro estaba rodeado por sus buques y sus corbetas a vapor. hizo girar los cañones lentamente y los cargó. entonces, los marineros y pescadores amontonados en el muelle, que exclamaban de admiración por los cuatro buques extraordinarios que los amenazaban fueron tomados como blancos. los americanos dispararon. los japoneses cedieron. entonces el mundo occidental se dedicó a proteger la etnología. las investigaciones de campo se convirtieron en pretextos nobles para cercar los confines del mundo que todavía se oponían al uso de la moneda bancaria y para infectar de deseo la mirada de los hombres más pobres con la finalidad de hacerlos perderse en un espejismo.

hay un proverbio inuit que dice: “las dádivas hacen a los esclavos como los látigos a los perros”. los inuit emplearon este proverbio después que hubieron visto a los amerlaqaat descender del cielo e invadir el reino de thule, sin siquiera haberles declarado la guerra, llenándolos de pánico, mientras los veían edificar de modo inexplicable dos gigantescas bases militares en medio de sus iglús, en el centro de la aurora.

la belleza de un viejo proverbio no les sirvió de nada.
los inuit descubrieron cómo tres milenios se borran en diez años.
después descubrieron cómo el dinero es un amo más retorcido que un arma, porque tiene todo el tiempo de su parte para amenazar desde el fondo del alma con la ayuda de su deuda.

la cuestión política siempre es única. la cuestión política es prever el pasado que acecha. pero la cuestión nunca es ¿cuál es el futuro para nuestros hijos? la cuestión del terror inminente siempre es inminente. la cuestión de todos los tiempos siempre es ¿qué es lo que está a punto de regresar? si uso la palabra "siempre", toujours, es porque me propongo tratar sobre lo que es, a partir del desgarramiento del tiempo. "todos los días". "tous jours". todos los días hay que ir más rápido que la muerte que fascina lo social.

los humanistas y los renacentistas en la francia del siglo XVI, inmediatamente después de las masacres de la noche de san bartolomé, se sintieron horrorizados. este horror del san bartolomé tuvo consecuencias. primeramente produjo una revolución política. se reforzó la idea de una nación francesa. empezó a condenarse el feudalismo. la religión se des-colectivizó, se interiorizó. la autoridad del estado se amplificó y empezó a sentirse su coerción anónima y atea.

lo que se agregó a la consternación del siglo XX después de la liberación de los campos de concentración que los alemanes habían edificado, es que no hubo repercusiones políticas, ni religiosas ni de xenofilia, ni nacionales ni internacionales. los pogromos recomenzaron; los campos emigraron; la crueldad multiplicó su rostro; los métodos de tortura se perfeccionaron; el terror creció.

resulta que el poder es despreciable, las instituciones deshonestas, las creencias cobardía, la solidaridad vergüenza, la desobediencia virtud, lo antaño barbarie y orgullo.

la tierra gira desde hace tres mil quinientos millones de años. la humanidad existe desde hace un millón de años. la historia de las civilizaciones humanas comenzó hace diez mil años sin que ésta sea continua ni evolutiva. la parte civilizada, artística, noética, literaria no constituye más que una fracción imper- ceptible de la experiencia de la especie homo. en general, imperceptible para ella misma. solamente existen algunas obras, algunos objetos, algunos sonidos, algunos libros, algunos muros que algunos hombres perciben y que se mueven, a veces, de atrás hacia delante.

hubo un tiempo, un tiempo prolongado, en el cual los hombres y las mujeres no dejaban sobre la tierra más que excrementos, gas carbónico, un poco de agua, algunas imágenes y la huella de sus pies.

en el transcurso de los últimos seiscientos millones de años la tierra ha conocido siete extinciones masivas de especies. la primera se sitúa a principios del cambriano, hace quinientos cuarenta millones de años. nosotros somos contemporáneos de la última de ellas. a finales del siglo XXI, la mitad de las plantas y animales que existen todavía se habrán extinguido.

desaparecerán 4 327 especies de mamíferos;
9 672 especies de aves;
98 749 especies de moluscos;
401 015 especies de coleópteros;
6 224 especies de reptiles;
23 007 especies de peces.
el edén se retira poco a poco del jardín.

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