domingo, 27 de noviembre de 2011

"descenderemos ávidos de utópicos enraizamientos"

de leonardo da jandra, tanatomicón:
 
y entonces la desolada tristeza necrofilica ya no sera otra vez un extravio amenazante de morbosos resentimientos. descenderemos ávidos de utópicos enraizamientos buscaremos finalmente la sedutora oscurida tanatizante. surgiran eridas incurables en el tiempo y todos los caminos conduciran al alado suicidio ¿otra vez? pero para que violar los cuestionamientos si con el temor a lo inorado se nos va tambien lo sublime. abramos los diques a lo imposible digamos que el amor es simplemente una fugaz eyaculación sin sentido. para mí y lo digo con una náusea irreprimible los que punan por la cerduna paz de los sentidos son unos maricones incorregibles y la paloma un estúpido animal afeminado cuyo fin es sublimarse en un asado. entendámonos -todo es válido siempre y cuando sea satisfatorio- ¿quién carajos dijo esto? y siendo la mediocridá el doma de las sociedades de nuestro tiempo cómo no gritarrrrrrrrrrrr que no queremos tal vida y que es un derecho inviolable elegir la foria en que hemos de alcanzar la muerte.

"teatralidad absoluta"

de bolivar echeverría, guadalupanismo y barroco:

para volverse cristiano (que es para él una condición de su supervivencia física), es decir, no para desaparecer o morir como americano y ser sustituido por la copia de un europeo, sino para pasar a ser europeo sin dejar de ser americano, el indio que se auto-españoliza tiene que ejercer un trabajo de transformación estructural de ese cristianismo que las circunstancias lo compelen a interiorizar: debe re-crearlo haciendo de él un cristianismo capaz de aceptarlo como un ser humano que, aun vencido y subyugado, se identifica concretamente por sí mismo en la asunción de su derrota; re-hacerlo como un cristianismo que integre positivamente su obligada auto- negación religiosa.

por esta razón, puede decirse que el cristianismo de los indios macehuales recién convertidos estaba llamado a actualizarse como un cristianismo enfáticamente mariano. debía dejar intacto, en el plano más profundo y distante del cielo, al dios uno y trino del esquema ortodoxo del mito católico -cuya vigencia lo expulsaría sin más trámite a los infiernos-; ser un cristianismo cuya religiosidad permanezca en un plano celestial anterior, absorbiendo toda su fe y su observancia ritual. este plano más acequible de lo celestial presupone al primero y esotérico, pero lo relativiza a fin de que ciertos pecados mortales puedan ser disimulados o “puestos entre paréntesis” en el balance del juicio final, pecados como, ante todo, el que está implicado en la fidelidad a un mínimo `e identidad no-occidental. se trata de ese plano o círculo celestial más cercano y menos exigente en donde reina la virgen maría.

es difícil encontrar un ejemplo más claro del comportamiento barroco que se extenderá en las sociedades latinoamericanas desde el siglo XVII que el de esta alteración de la religiosidad cristiana llevada a cabo por los indios guadalupanos de méxico en el siglo XVI. an efecto, podemos localizar –siguiendo una pista de theodor w. adorno- la esencia de lo barroco en la “teatralidad absoluta” de una representación, en el carácter de aquellas representaciones del mundo que lo teatralizan con tal fuerza que su “realidad” virtual o vigencia imaginaria llega a volverse equiparable a la realidad “real” o vigencia objetiva del mismo.

y lo podemos hacer teniendo en cuenta no sólo las obras de arte reconocidas como barrocas, en las que la “teatralidad absoluta” resulta evidente, sino también el comportamiento barroco que se extiende sobre europa viniendo del sur, en la segunda mitad -la mitad llamada “contrarreformista”- del siglo XV.

la vida terrenal del ser humano, definida por el orden establecido –por el cristianismo- como un ascenso a la salvación, como una vida dotada de un sentido positivo, es vivi`a por muchos de los cristianos escépticos de la época moderna de una manera barroca. obligados por las circunstancias, viven la vida como si ella fuera en efecto lo que dice su definición; viven una representación de esa vida sobre el theatrum mundi, sólo que, al hacerlo, se interiorizan tanto en ella, que la convierten en una “representación absoluta” dentro de la cual aparece un sentido diberente y autónomo para la vida.

guadalupanismo y barroco, de bolívar echeverría

de bolivar echeverría, guadalupanismo y barroco:

los historiadores de la vida cotidiana prefieren cada vez más una historia indiciaria, desconfiada de los documentos y descifradora de huellas, porque una y otra vez se topan con una discrepancia que no tiene nada de inocente entre lo que una época dice que es y lo que ella es en realidad, entre lo que ella pretende hacer formalmente y lo que ella hace en efecto, aunque lo haga informalmente. nadie pone en duda, por ejemplo, que la vida económica y política en los estados modernos es una vida profana, en la que la vigencia de lo sobrenatural, milagroso o sagrado, si no ha sido expulsada eliminada por completo, sí ha sido neutralizada o puesta entre paréntesis sistemáticamente. sólo ciertos indicios de un especial fetichismo llavaron a marx, en el siglo XIX, a develar la función central que cumple lo sobrenatural o milagroso en esa vida económica y lo profundamente religiosa (no a la manera arcaica sino de una manera moderna) que es la sociedad capitalista.

cuando el papa juan pablo II exclamó en uno de sus tantos viajes a méxico: “méxico, semper fidelis”, no hacía otra cosa que redundar en una verdad oficial mil veces documentable: la religión del pueblo mexicano es la católica, apostólica y romana. los dogmas de fé de esta religión, su doctrina, su ceremonial, su organización eclesial, tienen una vigencia y una vitalidad incuestionables, más allá de ciertos datos estadísticos alarmantes que puedan mostrarlos un tanto disminuidos. sin embargo, y sin necesidad de acudir a constatarlo el 12 de diciembre ante la basílica del tepeyac, el santuario de la virgen de guadalupe, es suficiente acercarse a los usos religiosos cotidianos de los creyentes católicos de méxico para distinguir no sólo una discrepancia sino una distancia muchas veces abismal entre lo que consta formalmente como el catolicismo mexicano -ese del que se congratulaba el papa- y el catolicismo que practican de manera informal pero efectiva los creyentes mexicanos.

como se ha repetido tantas veces, el catolicismo de los mexicanos es un catolicismo especial, un catolicismo no sólo “mariano” sino “guadalupano”, a lo que, si se mira bien, es indispensable añadir que lo su “guadalupano” de este catolicismo no parece traer consigo solamente una alteración superficial, idiosincrática y por tanto inofensiva del catolicismo dominante; no parece consistir solamente en un uso peculiar del código católico ortodoxo que pese a ciertas divergencias lo dejaría intacto, sino, por el contrario, en un uso del mismo que implica la introdución en él de fuertes rasgos de una “idolatría”, que no por vergonzante es menos substancial o radical, pues trae consigo la configuración de un catolicismo alternativo “que no se atreve a decir su nombre” (o al que no le conviene decirlo).

[...]

como es comprensible, la discusión en torno a la religiosidad guadalupana ha dado lugar no sólo en méxico a una inmensa producción de libros y artículos, a toda una copiosa bibliografía que llena y sigue llenando más y más anaqueles, bibliotecas enteras. quisiéra tocar aquí solamente dos de estos textos, el primero y el hasta ahora último de los más importantes en esta ya inabarcable literatura. me refiero al nican mopohua del indio del siglo XVI antonio valeriano [...]

siguiendo a miguel león portilla (p. 83), se puede decir que el nican mopohua presenta algo así como cuatro capítulos. el capítulo inicial relata el primer aparecimiento de la virgen maría al indio juan diego y reproduce los primeros diálogos entre los dos, en los que ella hace de él su mensajero para que transmita a las autoridades religiosas su deseo de tener un santuario en el cerro del tepeyac; cuenta además el fracaso de su primera gestión con zumárraga, el “gobernante de los sacerdotes”. el capítulo siguiente refiere el segundo encuentro de juan diego con la virgen don`e le comunica su fracaso, que él atribuye a la humildad de su persona, y le pide que envíe en lugar suyo a gente de valía y distinción, sólo para recibir de ella la orden de volver e insistir ante el prelado, puesto que su voluntad es que su embajador sea precisamente él, el indio humilde, y no otros de rango elevado. el tercer capítulo cuenta el segundo encuentro de juan diego con el obispo zumárraga y la exigencia que éste pone de una prueba del aparecimiento y la voluntad de la virgen; reproduce el tercer intercambio de la virgen con juan diego, al que, despues de reconfortar con la curación de su tío gravemente enfermo, envía nuevamente a san francisco portando la milagrosa prueba de unas flores imposibles. el último capítulo relata el cumplimiento de esta orden “y cuanto ocurre entonces en el palacio del prelado: los diálogos finales y el que se describe como desenlace, el portento de la imagen de la virgen, dejada por las flores en la tilma de juan diego.”

veinte años después de la caída de tenochtitlan, los indios habían renovado “en todo su esplendor idolátrico – escribe o’gorman (139)- la antiquísima costumbre de su periódico peregrinaje desde lejanas tierras al cerro del tepeyac”. pero era un peregrinaje que no lo hacían ya, como antes, para venerar a tonantzin sino para adorar a la virgen maría. ¿qué había sucedido? los indios habían sido convertidos o se habían convertido al cristianismo. a un cristianismo que ellos pretenden practicar de manera ortodoxa pero que no puede ocultar distintas supervivencias “idolátricas”.
 
el cristianismo puro, castizo u ortodoxo resultaba incompatible con la vida real de los indios, lo mismo en la ciudad que en el campo. adoptarlo implicaba, paradójicamente, ser rechazados inmediatamente por él, condenados al sufrimiento eterno como castigo por su inacapacidad de practicarlo adecuadamente. y es que, en efecto, esa vida real resultaba para ellos invivible sin el recurso a algún elemento técnico propio, sin un cultivo aunque sea de baja intensidad de los usos y costumbres ancestrales, sin la insistencia en un mínimo de identidad propia; insistencia que, a su vez, equivalía a una fidelidad recalcitrante a la “idolatría” y que llevaba así a un estado de pecado mortal. por otro lado, cerrando la pinza de un dilema dramático, deshacerse de ese mínimo identitario, convertirse en cristianos puros, implicaba para ellos algo así como una “sustitución del alma”, un hecho que sólo puede darse mediante el paso por un estado transitorio de “vacío de alma”, por una especie de muerte; implicaba un dejar de ser humano, un incapacitarse incluso para aceptar y adoptar libremente el cristianismo.

así de sencillo, de josé kozer

o tilo o manzanilla desde hace dos semanas,
cumplidas: puré de papas
(nuevas) par de huevos
duros (clara) agua filtrada
en piedra porosa en vez
de vino, una fruta: un
pedazo de pan integral
(artesanal) la naranja de
tamaño mediano, la
manzana asada, el
plátano manzano de
las islas.

eliminados los lácteos, azúcares, carne roja, y
la gallina que puede
volver a su estúpida
condición apenas
volátil: nada de
bebidas espirituosas,
refrescos nunca, café
sólo de mañana en
taza tamaño medio:
pez una vez por semana,
legumbres todos los días,
ensalada verde tres veces
cada diez días, ya es
acopio: medio turrón a
compartir con guadalupe
una vez al mes. afeitarme
y ducharme un día sí y
otro no, limpiarme los
fondillos con agua de la
pila tras la defecación
(mejor para el culo y
para el bolsillo). no
volver, en años, a
comprar ropa. reducir
al mínimo la ingestión
de vitaminas (una múltiple
y una c, ésta por si me
hago marino para combatir
el escorbuto). pelarme al
rape cada mes y medio,
nada de champú ni de
suavizante, no usar
desodorante, y en vez
del costoso listerine
para el lavado bucal, agua
oxigenada. retrasar los
pagos en todo lo posible.
y no hacer nada que no
deje un rédito por pequeño
que sea.

un envilecimiento generalizado las grasas.

identificar todas las supersticiones modernas que le
abren un hueco al presupuesto,
eliminarlas (tajante) tomar por
ejemplo manzanilla a diario
en vez de los antiácidos que
cuestan un ojo de la cara más
un riñón, y destrozan el sistema
urinario y digestivo: fuck merck.

sentado en cama comiendo unos puñados de maní
que he ido descascarando
a mano, combato el poder
armamentista, la industria
del enlatado: las pequeñas
acciones, cual un germen
invisible, una espora asesina,
acabarán por minar al sistema.

[...]

lunes, 21 de noviembre de 2011

marcos

de luis astorga, seguridad, traficantes y militares:

según el subcomandante marcos, la administración del tráfico de drogas es un negocio lucrativo para el poder. afirmó: "en la era fox, se puede decir que el cártel del chapo guzmán fue el consentido del sexenio. toda la estructura del estado: ejército, policía federal, sistema judicial (con jueces y directores de penales incluidos) fue puesta al servicio de ese cártel en su lucha contra los otros". aseguró que en michoacán y guerrero el prd negoció con esa organización.

¿negocio lucrativo? sin duda, pero no para el poder en abstracto. en la reconfiguración del poder político en méxico hay gobiernos de distintos partidos en los tres niveles. hay estados con gobiernos del pri, del pan y del prd, los que tienen grandes problemas con el tráfico de drogas y los traficantes y en donde la clase política gobernante local tiene una gran parte de responsabilidad, por comisión u omisión.

marcos repitió los lugares comunes que circulan en el medio periodístico, según los cuales cada sexenio tiene su grupo favorito, aunque la historia muestre que no es una regla general. si lo que afirmó acerca de la organización del chapo fuera cierto, su hermano no hubiera sido asesinado en la palma y guzmán controlaría por lo menos tamaulipas (pri), nuevo león (pri), michoacán (prd) y guerrero (prd) sin ningún problema; pero no es así.

¿cómo explicaría marcos que a pesar del apoyo con "toda la estructura del estado" la organización del chapo guzmán no haya podido aniquilar a la del tamaulipeco osiel cárdenas-zetas? ¿es esta última organización más fuerte que el estado y la banda del chapo juntos? ¿de dónde le vendría ese presunto poder supraestatal a osiel?

las organizaciones de traficantes sinaloenses son las más antiguas en el negocio y tienen características transexenales. la organización más claramente vinculada con un periodo sexenal ha sido la comandada por el tamaulipeco juan garcía ábrego, en el gobierno de carlos salinas, misma que se debilitó tras la captura del líder para recuperar terreno posteriormente, bajo el mando de osiel cárdenas, en la administración de tomás yarrington en tamaulipas (pri, 1999-2005).

la hermana de rafael sebastián guillén vicente, conocido como marcos, según el gobierno mexicano, mercedes del carmen guillén vicente, fue secretaria de gobierno en esa administración y procuradora general de justicia hasta agosto de 2006, en la de eugenio hernández flores (pri, 2005-2010). algo ha de saber de la situación en ese estado. habría que explorar qué tipo de vínculos ha tenido el poder político, en tamaulipas y en otros niveles, con la organización de osiel cárdenas-zetas –según el fbi, desde mediados del año 2006 el liderazgo en la organización  está ahora en manos de jorge eduardo costilla sánchez, por el cual ofrece una recompensa de 5 millones de dólares–, al igual que su influencia en el desarrollo, reforzamiento y expansión territorial de ésta. las organizaciones de traficantes no despegan ni prosperan nunca sólo por méritos propios.

"para veneración y recuerdo de la niñez estudiosa"

de salvador novo, poemas proletarios:

del pasado remoto
sobre las grandes pirámides de teotihuacán,
sobre los teocalis y los volcanes,
sobre los huesos y las cruces de los conquistadores áureos
crece el tiempo en silencio.

hojas de hierba
en el polvo, en las tumbas frías;

[…]

nuestros héroes
han sido vestidos como marionetas
y machacados en las hojas de los libros
para veneración y recuerdo de la niñez estudiosa,
y el padre hidalgo,
morelos y la corregidora de querétaro,
con sus peinetas y su papada, de perfil siempre,
y morelos, con su levita, sus botas negras y su trapo
en la cabeza, feroz el gesto, caudillo suriano
[…]

y juárez, benemérito de las américas,
para que vean de qué son capaces los indios,
en su litografía de marco dorado
sobre todos los pupitres grises, decorado de moscas,
sobre los pizarrones enardecidos,
el monte de las cruces, el cerro de las campanas,
el cerro de guadalupe
y don porfirio y las fiestas del centenario
a que vino polavieja, entre otros,
y las extras en los periódicos
y el temblor de tierra que trajo a madero
y a la señora sara p. de madero.

revolución, revolución,
siguen los héroes vestidos de marionetas,
vestidos con palabras signaléticas,
el usurpador huerta
y la revolución triunfante,
don venustiano disfrazado con barbas y anteojos
como en una novela policiaca primitiva
y la revolución constitucionalista,
obregón, que tiró la piedra y escondió la mano
y la revolución triunfante de nuevo,
la era de las Instituciones,
el mensaje de la nación,
las enseñanzas agrarias del nuevo caudillo suriano,
el jefe máximo de la revolución,
y el instituto político de la revolución,
los intereses colectivos,
la clase laborante y el proletariado organizado,
la ideología clasista,
los intelectuales revolucionarios,
los pensadores al servicio del proletariado,
el campesinaje mexicano,
la villa álvaro obregón, con su monumento,
y el monumento a la revolución.

los folletos de propaganda revolucionaria,
el gobierno al servicio del proletariado,
los intelectuales proletarios al servicio del gobierno
los radios al servicio de los intelectuales proletarios
al servicio del gobierno de la revolución
para repetir incesantemente sus postulados
hasta que se graben en la mente de los proletarios
-de los proletarios que tengan radio y los escuchen.

crece el tiempo en silencio,
hojas de hierba, polvo de las tumbas
que agita apenas la palabra.

el himno del trabajo
en la ciudad antigua, edificada sobre agua
los hombres hacen puertas y levantan paredes
o conducen gente de un sitio al otro
[…]


carta a mi madre, salvador elizondo

de salvador elizondo, noctuarios:

yo sé, madre adorada, que desde tu retrato me ves escribiendo esta carta, estás muy cerca de mí en estas horas difíciles y amargas. tan cerca que puedes leer lo que estoy escribiendo. además, ya conoces mi historia más allá del día de tu partida, hace ya tanto tiempo de esa desolación de toda una región del alma: la de tu ausencia física; pero hoy estás presente y eres más real en mí que cuando estabas viva y ya puedes discernir esa misteriosa simetría de la vida en esa realidad tuya en que todo el tiempo está presente en un instante, el tiempo que dura la caída, junto a la quintaesencia de una cirscuntancia infinitesimal por la que toda mi vida te es conocida ya. no solamente conoces mi pasado hasta este momento, también mi futuro más allá de mi muerte y el desenlace fatal, pero me pregunto si esa simetría de los hechos no es un secreto entre tú y yo.


[...]

tú eres la primera, a ti te escribo antes que a nadie para pedirte ayuda. ilumíname para entender el enigma de la rotura de la rótula derecha exactamente el mismo día, cuarenta y un años después, de la fractura de la rótula izquierda. dime, ¿por qué me arrojé al vacío? ¿qué es lo que hace que esta circunstancia te haya aproximado tanto en estos días de sufrimiento intenso, de dolor agudo y de inmovilidad o equilibro precario del esqueleto, a punto simpre de venirse abajo cuando está de pie?

[...]

¿deseo inconsciente de autoinmolación? ¿en nombre de qué?

[...]

es la hora en que se enfrían los pies. me cuesta mucho trabajo alcanzar la cobija que está en la piecera de mi cama. la otra vez me cuidaron tú y una enfermera. ahora es un poco diferente. no tengo a mi alcance más que el viejo bastón que usó tu madre en sus últimos años.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

violencia dialéctica, de bolívar echeverría

de bolívar echeverría, violencia y modernidad:

podría definirse a la violencia afirmando que es la cualidad propia de una acción que se ejerce sobre el otro para inducir en él por la fuerza -es decir, á la limite, mediante una amenaza de muerte- un comportamiento contrario a su voluntad, a su autonomía, que implica su negación como sujeto humano libre.


parece ser que cierto tipo de violencia no sólo es ineludible en la condición humana, sino constitutivo de ella, de su peculiaridad -de sus grandezas y sus miserias, de sus maravillas y sus abominaciones- en medio de la condición de los demás seres. se trata de una violencia a la que podríamos llamar "dialéctica" puesto que quien la ejerce y quien la sufre mantienen entre sí a través del tiempo, más allá del momento actual, un lazo de reciprocidad, una complicidad que convierte al acto violento en la vía de tránsito a una figura más perfecta de su existencia conjunta. se trata de la violencia practicada como paideia, como disciplina o ascesis que lleva tanto al actor como al paciente de la violencia, tanto al "educador" como al "educando", a cambiar un nivel más precario y elemental de comportamiento por uno más pleno y satisfactorio. 

es la violencia que implica la transición como ruptura de un continuum a la que se refiere walter benjamin en sus "tesis sobre la historia y de la que marx y engels" hablaban como "partera de la historia".

violencia dialéctica sería, por ejemplo, para no mencionar la violencia intersubjetiva más conocida que es la que prevalece en el mundo del erotismo, la del asceta místico católico del siglo XVII, que divide y desdobla su yo, y se pone ante sí mismo como puro cuerpo, como un otro al que martiriza, sobre el que ejerce violencia con el fin de negar su modo actual de existencia y ascender a un modo de existencia superior en el que él mismo y su otro yo, su cuerpo recobrado, alcanzan momentáneamente el estatus de la salvación.

esencialmente diferente de la violencia destructiva -que es la que persigue la abolición o eliminación del otro como sujeto libre, la que construye al otro como enemigo, como alguien que sólo puede ser aniquilado o rebajado a la animalidad-, la violencia dialéctica es la que subyace en todas las construcciones de mundo social levantadas por el ser humano en las épocas arcaicas que sucedieron a la llamada "revolución neolítica" y que en muchos aspectos esenciales han perdurado hasta nuestros días, a través incluso de toda la historia de la modernidad. 

una "violencia benigna", que saca de su naturalidad al ser humano, reprimiendo o fortaleciendo desmesuradamente determinados aspectos de su sustancia animal, para adecuarla sistemáticamente en una figura de humanidad; una violencia que convierte en virtud, en un hecho armónico o "amable", la necesidad estratégica de sacrificar ciertas posibilidades de vida en favor de otras, reconocidas como las únicas indispensables para la supervivencia comunitaria en medio de la escasez de oportunidades de vida o la hostilidad de lo extrahumano. 

una violencia constructiva, dialéctica o paideica, está sin duda en el fondo de la vida humana institucional y civilizada. cultura es natura sublimada, transnaturalizada, enseñaba, junto con otros, marcuse hace treinta años; y sublimación, decía, es autoviolencia perfeccionadora, es sacrificio creativo.

"nimas nimenos"

 
juan de valdés leal

lunes, 14 de noviembre de 2011

en lo real y lo simbólico

de sergio gonzález rodríguez, el hombre sin cabeza:


en estos tiempos la venganza ocupa, en lo real y lo simbólico, un lugar protagónico. el impulso negativo se transfigura en voluntad de venganza radical a la que se convierte en un acto estético. afirma el carácter de quien castiga por encima o por debajo de la ley. y ostenta la capacidad de consumar representaciones o teatralizaciones criminales en el cumplimiento de las finalidades de castigo. la materia de semejantes actos es común en el crimen organizado o en el terrorismo, es decir, en la oposición institucional. un cariz estético que busca tender un velo sobre la violencia ilimitada a cualquier costo material o humano.

a la luz de los contrastes actuales entre el deseo de igualdad respecto a la ley y la justicia en las sociedades contemporáneas y su falta de ella, abruma el grado de beneplácito que llegan a tener los actos criminales y sus expresiones en los productos culturales, inmersos muchas veces en el lucro de la curcilería sádica carente de valor artístico. se diría que funcionan como mecanismos compensatorios de la sumisión y las parálisis intelectuales en tanto complemento del caos y las confusiones de los tiempos posmodernos.

[...]

creo que en la ironía hay una alternativa: un artista urbano que se hacía llamar "el decapitador" desató en londres una campaña contra el optimismo engañoso de los anuncios. donde estaba la cabeza de algún personaje publicitario en carteles o periódicos intervenía la imagen, mediante una pegatina, y presentaba el cuello decapitado. un cortocircuito eficiente a la usanza de la época en el flujo comunicativo.

jueves, 10 de noviembre de 2011

mto revolución 3

de Yessica Sáchez Rangel, 2010


cutltura pánica

de sergio gonzález rodríguez, el hombre sin cabeza:

una mancha cualquiera me invita a crear preguntas, al misterio y al deseo de desentrañar este misterio. como sabemos, una mancha nunca es sólo una mancha, algún significado encubierto se muestra en la forma que asume. al igual que las nubes en las que creemos ver figuras y asociamos a la fugacidad y el transcurso del tiempo. en el tejido ilusorio de lo cotidiano una mancha es una anomalía a través de la que se escruta algo superior. en una decapitación, la presencia de manchas o borrones posteriores incrementa la magnitud de lo siniestro. la fotografía que tengo ante mis ojos data de mil novecientos treinta y ocho. fue tomada en la provincia de morelos en méxico. retrata a un hombre, ¿o es una mujer?, que tiene un tronco mínimo, del que se desprenden sus dos bracillos. carente de piernas, es una cabeza sin cuerpo depositada en un almohadón. ¿cómo se llama? ¿qué edad tiene? ¿dónde nació? no lo sabemos.

y mira al fotógrafo en forma oblícua. su mirada es triste, sondea lo inexplicable.

un sujeto de traje claro y sombrero está sentado en una silla al lado, desvía sus ojos tanto de la cámara como del hombre que es sólo una cabeza. un ave de corral circunda ésta, ajena a tal anomalía que alcanza a un aura sideral. encarna la cabeza parlante de los mitos.

el ensamble de conceptos que se reconoce en lo bello, lo sublime, lo romántico, lo decadentista, lo siniestro y lo surrealista, se dirige en la actualidad a una irremisible degradación. mario perniola alerta sobre este fenómeno disolvente, al precisar: "en las tendencias ártisticas más avanzadas, la estructura tradicional de separación entre el arte y lo real parece desplomarse definitivamente". hoy en día se generalizaría una especie de realismo psicótico que anula cualquier mediación.

el arte pierde su distancia respecto a la realidad y adquiere una "fisicidad", una materialidad que nunca había poseído antes: la música es sonido, el teatro acción, el arte figurativo tiene una consistencia a la vez visual, táctil, conceptual. añade el crítico italiano que la tendencia artística orientada hacia un realismo cada vez más crudo parece tener sus orígenes en el siglo pasado. el intento de apego de la cultura a las realidades criminales más crueles.

[...]


estoy convencido de que, más allá de la última puerta hacia la noche, aguarda la cultura pánica. pan quiere decir todo. el índice de saturación absoluto. la palabra pánico tiene una fuente mitológica en occidente: el dios pan de los paganos, el dios de la naturaleza. y con mayor exactitud, el de la violación, el de la errancia, los instintos, el extravío momentáneo, la ninfolepsia, la locura instalada, las pulsiones masturbatorias, el miedo profundo. el íncubo que infesta el ámbito privado de las personas.

james hillman ha propuesto también que es la deidad de la fantasía, de la imaginación. pan, el hijo de hermes y una ninfa que lo abandona en el bosque, será rescatado por su padre. envuelto en una piel de liebre, lo conduce al olimpo para regocijo del resto de los dioses. sonríen al verlo.

a la luz de la propuesta de james hillman, se puede atisbar que la cultura actual, poscristiana, posmoderna, posilustrada, ultravanguardista, o bien contramoderna, sería una cultura tecnopánica que involucra seis rasgos:

1) hiperconectividad (la persona se vierte en el mundo imaginal, ubicuo y simultáneo, vive como prótesis encarnada)

2) pansexualismo ( es decir, la definición existencial se da por el índice de eficiencia ante el instinto y los placeres desde lo sexual)

3) imaginación inmersa en un círculo vicioso que se duplica, multiplica, reproduce en lo real y en lo virtual hasta el infinito.

4) trasvasamiento de lo femenino/masculino, lo encarnado/lo descarnado, lo orgánico/lo artificial.

5) narcosis integral ante la vida, el presente y el futuro, donde la magia y la técnica se funden en un deseo compulsivo de crear esferas de trascendencia que se opongan a lo efímero: se expresa así una negación radical de la muerte.

6) temor/deseo ante la catástrofe natural o artificial y sus figuras corpóreas: la guerra, el terrorismo, la violencia, el delito, el crimen organizado, la catástrofe bursátil, la crisis económica, la revolución política, etcétera, o lo sobrenatural.

afirma james hillman: "la visión pánica del hombre expresa que también el hombre es naturaleza pura, y que también en él residen las erupciones volcánicas, los terremotos y los huracanes destructivos. esta realidad no puede contenerse en conceptos abstractos"

[...]

a partir de ésta, podremos descifrar no sólo el carácter verdadero de la creatividad y los productos artísticos hoy proliferantes, sino que también permite entender la fuerza compleja de la barbarie que encubre la cultura y la civilización  contemporáneas, y que habita en fenómenos distintos como la pornografía, la esclavitud laboral, las matanzas del crimen organizado, la prostitución forzada, el abuso de niños y menores, la brujería sacrificial, los homicidios en serie, las mutilaciones, las decapitaciones.

lo pánico: la potencia depredadora que retorna.

zugzwang, luis ignacio helguera

de luis ignacio helguera, zugzwang:

tarde en el campo

hemos comido queso y bebido vino en el campo
hemos reído, hemos jugado con los niños
y mi amigo se tumba en el pasto
como un tronco
dice que se siente mal
cierra los ojos
y los niños, solares como abejas
le hacen una cruz con ramas en el corazón
y una corona de hierbas en el pelo
le ponen gardenias frescas en todo el cuerpo
y una niña le hecha un manojo de tierra en los pantalones
los niños bullen y ríen
revolotean melosos y dorados como abejas
vuelan entre risas muy lejos
y yo me acerco a mi amigo
y lo veo pálido
cansado
enfermo
y él abre los ojos
que me miran desde otro mundo
y dice:
"qué bien me siento".


la virgen del moho

en un anuncio de lámina muy grande de cerveza vic-
toria clavado en una pared exterior de la cantina "la
esperanza", a unas cuadras de la iglesia de santa maría,
el tiempo estampó claramente la imagen de la virgen
de guadalupe. a diario se congrega pueblo devoto a las
puertas de "la esperanza" para contemplar la silueta
obscura de la virgen, dejarle flores, rezarle o perdirle
milagros. los borrachos que entran y salen dicen que
ahí los tiene bien protegidos su virgencita.

una tarde, dos amigos se acercan, entre risas, a la
aparición.
–déjame enseñarte a la virgen de guadalupe de
"la esperanza".
–¿cuál virgen? no entiendo dónde está la cabeza...
los devotos los miran con desconfianza, con desa-
grado...
–Sí, mira – dice el primero, señalando con el índice
la figura –: ésta es la cara, aquí está el cuerpo, acá las
manos...
–ah sí... y está bien hechecita... ¡la virgen del moho!
la gente los mira ahora con odio. un parroquiano se
acerca a ellos. los ojos le brillan de aguardiente como
la navaja que saca del pantalón:
–faltas de respeto a la virgencita no, cabrones, lár-
guense o aquí mismo me los chingo...


zugzwang

las blancas están en zugzwang:
no les queda sino mover el rey
de un cuadro a otro
esperando maniobras terribles
contra su enroque sitiado:
mosca pataleando en la telaraña.
también yo estoy en zugzwang:
no me queda sino moverme
de un cuarto a otro
esperando malas noticias
inevitables
como la caída de la noche.

martes, 8 de noviembre de 2011

el concepto de "aura", según walter benjamin

de walter benjamin, la obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica:
 

conviene ilustrar el concepto de aura, que más arriba hemos propuesto para temas históricos, en
el concepto de un aura de objetos naturales. definiremos esta última como la manifestación irrepetible
de una lejanía (por cercana que pueda estar).  

descansar en un atardecer de verano y seguir con la mirada una cordillera en el horizonte o una rama que arroja su sombra sobre el que reposa, eso es aspirar el aura de esas montañas, de esa rama. de la mano de esta descripción es fácil hacer una cala en los condicionamientos sociales del actual desmoronamiento del aura. estriba éste en dos circunstancias que a su vez dependen de la importancia creciente de las masas en la vida de hoy. a saber: acercar espacial y humanamente las cosas es una aspiración de las masas actuales tan apasionada como su tendencia a superar la singularidad de cada dato acogiendo su reproducción. cada día cobra una vigencia más irrecusable la necesidad de adueñarse de los objetos en la más próxima de las cercanías, en la imagen, más bien en la copia, 
en la reproducción. 

y la reproducción, tal y como la aprestan los periódicos ilustrados y los noticiarios, se distingue inequívocamente de la imagen. en ésta, la singularidad y la perduración están imbricadas una en otra de manera tan estrecha como lo están en aquélla la fugacidad y la posible repetición. 

quitarle su envoltura a cada objeto, triturar su aura, es la signatura de una percepción cuyo sentido para lo igual en el mundo ha crecido tanto que incluso, por medio de la reproducción, le gana terreno a lo irrepetible. se denota así en el ámbito plástico lo que en el ámbito de la teoría advertimos como un aumento de la importancia de la estadística. la orientación de la realidad a las masas y de éstas a la realidad es un proceso de alcance ilimitado tanto para el pensamiento como para la contemplación.

el arquetipo de la caída


domingo, 6 de noviembre de 2011

aquí renacen nuestros caminos

tlatelolco



crítica a la pirámide

de mariana botey, necropolítica y estética radical en méxico:

la crítica de méxico comienza por la crítica de la pirámide.
 
en 1970, octavio paz publicó postdata. una colección de ensayos destinados a ser una reflexión sobre méxico —posterior a el laberinto de la soledad (1950)— que comenta el desarrollo político a partir de la masacre estudiantil de 1968 en tlatelolco. el ensayo final de este pequeño volumen, “crítica de la pirámide” guarda una analogía problemática con las lecturas de bataille sobre los aztecas. ambas interpretaciones coinciden al desarrollar una lectura alegórica y estratégica de la pirámide y la lógica “sacrificial” que permite iluminar la manifestación de la violencia política moderna. la discrepancia es interesante, en tanto marca una diferencia radical en su relación crítica al proyecto civilizador de la ilustración, y la viabilidad de la modernidad y la noción de progreso o desarrollo.

el ensayo de paz hace una contribución significativa al avanzar en una lectura que sitúa claramente el fenómeno como si estuviéramos confrontando una escena fantasmagórica: “es un méxico que, si sabemos nombrarlo y reconocerlo, un día acabaremos por transfigurar: cesará de ser ese fantasma que se desliza en la realidad y la convierte en pesadilla de sangre. doble realidad del 2 de octubre de 1968: ser un hecho histórico y ser una representación simbólica de nuestra historia subterránea o invisible”. ese fantasma que se desliza en la realidad, una representación simbólica de nuestra historia subterránea. paz subscribe la presencia fantasmal ausente de una estructura oculta, a la que nuevamente se le atribuye el nombre propio de los aztecas. 

la catexia de la figuración histórica cifra una excesiva determinación simbólica sobre la estructura política o la estructura de poder. la soberanía en el méxico moderno es autoritaria y violenta porque expresa un contenido reprimido: tiene un inconsciente que es otro y que proviene del otro. la operación oculta es la máquina de guerra sacrificial azteca: un modelo de soberanía que deviene en un movimiento desenfrenado que contamina la realidad. paz lo llamaba un “perpetuo presente en rotación”, dislocado por una memoria traumática constitutiva de un estado de excepción originario. más aún, describía una historia de usurpaciones —donde el “origen” está siempre plegado y es siempre doble— y, como se sabe, siempre en riesgo, pues es provisional.
 
sin embargo, mientras bataille conjura al fantasma y lo invita a acechar sobre una humanidad idealizada y a activar sus poderes destructivos (un eco misterioso de la invocación que hace walter benjamin a la imagen de blanqui, prisionero de la fortaleza de taureau: “que la humanidad será presa de una angustia mítica siempre y cuando la fantasmagoría ocupe un lugar en ella"), octavio paz estaba, claramente, a favor de practicar un exorcismo. 

destinado a ser una lectura crítica, el desplazamiento histórico que paz intenta en su argumento es problemático. de modo expreso, por el hecho de que transfiera la estructura de dominación violenta del presente al momento previo a la conquista y a la imposición de la dominación colonial, lo que abiertamente excluye la crítica de la modernidad, de la violencia del proceso colonial y de la lógica histórica destructiva implícita en la expansión del capitalismo. la fuente de la disfunción social que se expresaba de la modernidad en méxico, tenía así sus orígenes en una arcaica historia mítica: los españoles son una segunda usurpación de una primera usurpación, aquella de los aztecas sobre la gloriosa civilización de los teotihuacanos. todas las formas de poder en méxico —desde entonces hasta el régimen post revolucionario que perpetuó la masacre de tlatelolco— aparecían, por consiguiente, en rotación bajo este signo. 

ciertamente, paz reconoce la presencia de la cultura nativa como una otredad interna (fantasmal) que no puede extirparse sin recurrir a la mutilación. ciertamente, de modo poético, hace un avance al preguntar: “¿cuál es el original y cuál el fantasma?”. pero, en crítica de la pirámide repite el movimiento preciso de la “producción de conocimiento” que bataille había subrayado como precario e inestable en su anotación crítica a la dialéctica hegeliana.
 
el ensayo de paz es parte de su serie laberinto, un cuerpo de trabajo dedicado a producir una “fenomenología de la mexicanidad”. ese era un proyecto cuyo argumento central se ocupaba por proclamar una esencia que “habla lo universal”. paz era víctima de la solución icariana (un movimiento trascendental hacia arriba) que bataille había denunciado como una salida falsa del laberinto. ese era el movimiento antitético al materialismo bajo al que había apelado durante los debates surrealistas. por consiguiente, la crítica debía avanzar por otra ruta, explícitamente por el peligroso camino de ocuparse de una lectura de la necropolítica de méxico como parte de la lectura de la modernidad poscolonial.

la noción de sacrificio

de mariana botey, necropolítica y estética radical en méxico:
 
el sacrificio sólo se puede producir después de la acumulación. el sacrificio es superabundancia, gasto radical, exuberancia y efervescencia. su operación es des-trascendentalizadora por excelencia: regresa al hombre a su condición de animal por un doble proceso: al desdoblar el cuerpo afuera y dentro de la muerte, al separar en un segundo la conciencia en un espectáculo de su propia destrucción y desmembramiento. el sacrificio traza los mapas de las prácticas humanas habitando la brecha entre la muerte y el devenir del sujeto —proveer el devenir de los sujetos supone mantener el trabajo de la muerte entendida como la violencia de la negatividad—, al grado que es a través de esta confrontación con la muerte que el sujeto es arrojado al incesante movimiento de la historia. la noción del rito está unida al de sacrificio, como un jeroglifo donde la muerte se aleja del horizonte del significado, escapa de la utilidad y retorna como un poder de proliferación: el sacrificio es el criptónimo de la soberanía.

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la inscripción y re-inscripción de bataille de la noción de sacrificio retorna periódicamente a los registros históricos y encuentra uno de sus objetos privilegiados en el ejemplo de los aztecas. la imagen histórica es importante, pues lleva consigo una serie de lecturas coloniales y poscoloniales aún por ser interpretadas y rastreadas dentro de la obra de bataille. de hecho, el ejemplo azteca es elaborado como excepcional; sobrelleva un proceso de reificación, pues se constituye en paradigma. 

el excepcionalismo invertido en la idea de la civilización mesoamericana hace eco de la figuración retórica más tipificada de los aztecas en interpretaciones textuales e históricas —generalmente más un sedimento alegórico que una verdadera descripción—. el atractivo reside en el carácter monstruoso del ejemplo: la siniestra lógica que subraya la imaginación de un mundo regido por ritos suntuosos y sanguinarios; el modelo de una sociedad que no reprime el sacrificio que la forma (constituye); la imagen de imperio donde el objetivo de la acumulación y expansión es la destrucción autogénica y el gasto ritual.

homicidas y suicidas al mismo tiempo, los aztecas ejemplifican el caso de una sociedad que se basa en la muerte y es fiel a ésta a tal grado que se concibe efímera y lista para convertirse en ruina. en todos los sentidos la figuración de la soberanía que emerge de ese imago histórico disturba y altera las formaciones discursivas normativas de la doctrina política moderna y, más allá de eso, la estructura de la economía política, incluyendo al “espejo de la producción” marxista. 

bataille sigue el hilo de ariadna, desde las excavaciones subterráneas del laberinto hasta la territorialización donde se asienta la pirámide. arriba y abajo la búsqueda (deseo) es por el minotauro; la operación-forma que colapsa aquello que enajena al hombre del animal: el contrato sacrificial del méxico antiguo ilumina un sistema que se perpetúa a sí mismo en el infrasegundo de un acto donde el hombre regresa deliberadamente a habitar la inmanencia de lo animal.

sábado, 5 de noviembre de 2011

culto a la muerte


el méxico de hoy

"el mexicano" visto por samuel ramos

de samuel ramos, el perfil del hombre y la cultura en méxico:

me parece que el sentimiento de inferioridad en nuestra raza tiene un origen histórico que debe buscarse en la conquista y colonización. pero no se manifiesta ostensiblemente sino a partir de la independencia, cuando el país tiene que buscar por sí solo una fisonomía nacional propia. siendo todavía un país muy joven, quiso, de un salto, ponerse a la altura de la vieja civilización europea, y entonces estalló el conflicto entre lo que se quiere y lo que se puede. la solución consistió en imitar a europa, sus ideas, sus instituciones, creando así ciertas ficciones colectivas que, al ser tomadas por nosotros como un hecho, han resuelto el conflicto psicológico de un modo artificial.

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de esta actitud mental equivocada se originó ya hace más de un siglo la autodenigración mexicana, cuyos efectos en la orientación de nuestra historia han sido graves «los pueblos hispanoamericanos –dice carlos pereyra en su historia de américa– han sufrido las consecuencias de la tesis autodenigratoria sostenida constantemente durante un siglo, hasta formar el arraigado sentimiento de inferioridad étnica que una reacción puede convertir en exceso de vanagloria.»

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el tipo de hombre que se adueña de la situación en el siglo pasado es el mestizo. su pasión favorita es la política. la norma de su actividad es la imitación irreflexiva. el país que admira con entusiasmo es francia a la que considera como el arquetipo de la civilización moderna. cuando lo que interesa reproducir de ésta es objeto de una intensa pasión, se incorpora sustancialmente en el alma por efecto de la alta temperatura afectiva. francia llamó la atención de los mexicanos por sus ideas políticas, a través de las cuales el interés se generaliza a toda la cultura francesa. la pasión política actuó en la asimilación de esta cultura, del mismo modo que antes la pasión religiosa en la asimilación de la cultura española. lo que comenzó por ser un sacrificio externo, se convirtió en una segunda naturaleza.

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una nota íntimamente relacionada con la desconfianza es la susceptibilidad. el desconfiado está siempre temeroso de todo, y vive alerta, presto a la defensiva. recela de cualquier gesto, de cualquier movimiento, de cualquier palabra. todo lo interpreta como una ofensa. en esto el mexicano llega a extremos increíbles. su percepción es ya francamente anormal. a causa de la susceptibilidad hipersensible, el mexicano riñe constantemente. ya no espera que lo ataquen, sino que él se adelanta a ofender. a menudo estas reacciones patológicas lo llevan muy lejos, hasta a cometer delitos innecesarios.

viernes, 4 de noviembre de 2011

al grito de guerra

Untitled from jorge pérez escamilla on Vimeo.

máscaras mexicanas

de octavio paz, el laberinto de la soledad:

viejo o adolescente, criollo o mestizo, general, obrero o licenciado, el mexicano se me aparece como un ser que se encierra y se preserva: máscara el rostro, máscara la sonrisa. plantado en su arisca soledad, espinoso y cortés a un tiempo, todo le sirve para defenderse: el silencio y la palabra, la cortesía y el desprecio, la ironía y la resignación. 

tan celoso de su intimidad como de la ajena, ni siquiera se atreve a rozar con los ojos al vecino: una mirada puede desencadenar la cólera de esas almas cargadas de electricidad. atraviesa la vida como desollado; todo puede herirle, palabras y sospecha de palabras. su lenguaje está lleno de reticencias, de figuras y alusiones, de puntos suspensivos; en su silencio hay repliegues, matices, nubarrones, arco iris súbitos, amenazas indescifrables. 

aun en la disputa prefiere la expresión velada a la injuria: "al buen entendedor pocas palabras". en suma, entre la realidad y su persona se establece una muralla, no por invisible menos infranqueable, de impasibilidad y lejanía. 

el mexicano siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás. lejos, también, de sí mismo.

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la preeminencia de lo cerrado frente a lo abierto no se manifiesta sólo como impasibilidad y desconfianza, ironía y recelo, sino como el amor a la forma. ésta contiene y encierra a la intimidad, impide sus excesos, reprime sus explosiones, la separa y aísla, la preserva. 
la doble influencia indígena y española se conjugan en nuestra predilección por la ceremonia, las fórmulas y el orden. 

el mexicano, contra lo que supone una superficial interpretación de nuestra historia, aspira a crear un mundo ordenado conforme a principios claros. la agitación y encono de nuestras luchas políticas prueba hasta que punto las nociones jurídicas juegan un papel importante en nuestra vida pública. y en la de todos los días el mexicano es un hombre que se esfuerza por ser formal y que muy fácilmente se convierte en formulista. y es explicable. 
el orden —jurídico, social, religioso o artístico— constituye una esfera segura y estable. 

en su ámbito basta con ajustarse a los modelos y principios que regulan la vida; nadie, para manifestarse, necesita recurrir a la continua invención que exige una sociedad libre. quizá nuestro tradicionalismo —que es una de las constantes de nuestro ser y lo que le da coherencia y antigüedad a nuestro pueblo— parte del amor que profesamos a la forma.

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a veces las formas nos ahogan. durante el siglo pasado los liberales vanamente intentaron someter la realidad del país a la camisa de fuerza de la constitución de 1857. los resultados fueron la dictadura de porfirio díaz y la revolución de 1857. en cierto sentido la historia de méxico, como la de cada mexicano, consiste en una lucha entre las formas y fórmulas en que se pretende encerrar a nuestro ser y las explosiones con que nuestra espontaneidad se venga. pocas veces la forma ha sido una creación original, un equilibrio alcanzado no a expensas sino gracias a la expresión de nuestros instintos y quereres. nuestras formas jurídicas y morales, por el contrario, mutilan con frecuencia a nuestro ser, nos impiden expresarnos y niegan satisfacción a nuestros apetitos vitales. 

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y es tanta la tiranía
de esta disimulación
que aunque de raros anhelos
se me hincha el corazón,
tengo miradas de reto
y voz de resignación.